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Martin Heidegger

 

 

Notas sobre Heidegger. Karl Jaspers

 

Heidegger y Jaspers representan los dos extremos de una relación moral. Allí donde Jaspers simboliza la dignidad intelectual y la resistencia a la barbarie, Heidegger expresa el oportunismo político, la ceguera moral y la pedantería más infantil. Jaspers, como es bien sabido, no era filósofo de formación sino psicólogo y psiquiatra. Heidegger, por su parte, tenía una deficiente formación en griego (sus etimologías son generalmente absurdas aunque pasen por profundas). Pero Jaspers “comprendió” la ética –como Heidegger hizo lo posible, si no por comprender al menos por “reinterpretar” Grecia. Allí donde Heidegger fue ciego hasta lo ridículo (en su increible menosprecio por el aspecto social de la moralidad y por las consecuencias de la acción individual), Jaspers fue brillante. Allí donde Heidegger “sacó balones fuera”, postulando generalidades cursis del tipo “sólo un dios puede salvarnos”, Jaspers ofreció una lección cotidiana de dignidad antifascista.

Ambos compartían la convicción de que era necesario reformar la fenomenología en profundidad. Pero Jaspers lo hizo pensando en el hombre concreto y Heidegger contra el hombre concreto. Ambos leían a San Agustín, a Pascal y a Kierkegaard. Pero su lectura de Nietzsche, y su diferente concepción de la relación entre ciencia y filosofía, les conducía por caminos totalmente dispares, aunque Jaspers hizo lo imposible por mantener entre ambos buenas relaciones personales; y pese al desdén de Heidegger, empeñado en repetir con Hitler la misma operación que llevó a cabo Platón en Siracusa tantos siglos atrás (y con el mismo lamentable resultado). Se habían conocido en 1920 y creyeron estar en el mismo bando intelectual. Pero desde 1933 sabían que su opción política –consecuencia y no causa de su opción moral les separaba absolutamente. Heidegger no volvió a escribirle después de 1936, ni dijo una sola palabra cuando Jaspers fue desposeído de su cátedra un año más tarde. Con la desnazificación, Jaspers escribió un informe en que se recomendaba dar a Heidegger una pensión y no permitirle dar clases durante algunos años (posición mucho más generosa que la de Heidegger tuvo jamás con sus enemigos en la época nazi). Tras de la guerra su relación fue episódica y distante.

Hans Saner, en su introducción a Karl Jaspers: NOTAS SOBRE HEIDEGGER, Ed. Modadori, Bcn, 1990 sitúa la diferencia entre ambos en su distinta relación con la ciencia. A través de los años Jaspers cree ver en Heidegger un “pensamiento gnóstico”, más o menos cercano a la magia, que se evade del presente que se evade del presente para obsesionarse con formas totalitarias. A continuación reproducimos algunos breves textos de las NOTAS SOBRE MARTIN HEIDEGGER de Jaspers, que sólo muy pálidamente pueden dar el tono de unos textos que ocupan 156 páginas en la edición antes indicada.
–R. A.

 

1.- TEXTOS DE 1928-1938

El nervio fundamental de todo [en Heidegger]:

El problema de la degeneración, de la derivación, del origen
Esto es cierto en la relación psicológico-existencial, pero también ahí de muy diversas manera.
Pero Heidegger lo absolutiza unilateralmente como el tiempo
En realidad, Heidegger niega la existencia vigente, lo correcto, y trata la propia ontología como verdad vigente. En la degeneración del “se” se mezclan productividad y degradación, verdad y degradación.

Sobre: conceptos del ser

Heidegger (SER Y TIEMPO...) ha replanteado la cuestión del ser y ha dado una respuesta con explicación sistemática. La arrebatadora intensidad de su pensamiento se enreda en una cosa que nos mantiene separados. La aclaración de la existencia que se intenta sobre la base de la filosofía existencial desplegada desde Kierkegaard se oculta simultáneamente con el sistema monista del pensamiento. Con la adhesión fenomenológica y la pretensión tradicional de “conceptualidad” en el sentido estricto de “análisis”, “investigación”, la postura filosófica resulta ambigua. Es aclaración forzosa de la existencia o de la conciencia que resulta evidente para todo el mundo, y se ofrece como tal. Pero dentro está la aclaración de la existencia como despertar, está el pensamiento de la deserción. El análisis de la existencia se reduce a pura inmanencia. La muerte es el límite. Pero se trasciende de hecho, sobre todo con el pensamiento de la degradación (...)

(...) La filosofía de Heidegger hasta ahora: sin Dios y sin mundo. Solipsista de hecho. Rectilínea y ciega en la acentuación de la “determinación”.
Sin amor. Por eso poco amable en el estilo.
Tan sólo “determinación”, no fe, amor, fantasía.
Un nuevo positivismo.
Tensión de la existencia sin mundo y sin Dios en sí misma hacia una intensidad enorme. Disciplina, determinación desesperada. Energía no condicionada pero vacía.

Hacia 1932

(...) Es la ambigüedad inherente a su filosofía, que no es la ambigüedad necesaria de la auténtica profundidad, sino la innecesaria antes de la decisión. Es como si en sus obras publicadas Heidegger se hallase siempre, filosóficamente, ante la decisión de que indecisión hay que tapar mediante decisiones violentas de formulación y actitud. Su pensamiento no se muestra bajo la “callada bendición de la decisión”, sino en el gesto de la determinación que se muestra.

2.- TEXTOS DE 1948-1950

Heidegger

Modelado, admirable, refinado, perentorio, esencial, cada vez más estético, gesto.

Actitud básica: ante la nada. He aquí lo más auténtico y verdadero de su obra principal. Desde una experiencia profunda de los límites. Lo otro: ver acercarse una y otra vez el ser desde la limitación mediante la articulación de la posibilidad de la nada.

Los viejos textos hablan bajo su mano. En verdad es como si abriera con una falsa llave, pero casualmente también se abre con ella el castillo, es como si se entrase en el templo por una puerta falsa, no se tiene ninguna imagen auténtica del espacio, pero uno está dentro, convence arbitrariamente: todo lo grande está en la tormenta:

1. no está ahí
2. la imagen es ademán y pathos, no verdad –“es garrotillo que está en la tormenta”–

(...) Lo más evidente no parece existir allí. Lo allí evidente no me resulta comprensible.

Lo decisivo: no siento qué y cómo ama.

Su pasión no me convence. Luego, de repente, se presenta del modo más natural, con perspicacia, con franqueza, con el horizonte más amplio, bondad y “bon sens”, ¿se trata del mismo?

El pensador más incitante de todos los contemporáneos por nada.


Su alma se agita como un pez en la malla metálica de sus construcciones.
El frío de esta alma tiene la fuerza para golpear este enrejado y doblarlo, en el pensamiento y en el ademán de su hacer.


Profundización del método metodológico mediante el hecho, que ya no constituye objeto de la consciencia, sino “existencia” en el mundo, en la consciencia, la dirección hacia lo único consciente, el ser mismo.

Demostración mediante análisis de los fenómenos básicos como: preocupación, ser para la muerte, ser en el mundo, proyecto.

Estar presente, estar a mano, “se”, lo intrínseco.

Una presencia en lo inmediat iluminado con un vigoroso loenguaje, con descripciones gráficas, que actúan como una evocación de la existencia.

Lo que en este arte de la formulación en desarrollo es actitud fundamental, la filosofía propiamente dicha, lo que se crea y se ama, no queda claro, es ambiguo, una postura de la “cientificidad” de la filosofía derivada de Husserl, un contemplar, un proyecto objetivo, como si el propio pensador pudiera ser neutral.

Pregunta, ¿qué tipo de pensamiento
en el filosofar: en vez de con una cosa,
en vez de con ser uno mismo,
qué modo de seguridad?

Ni siquiera la operación fundamental se ha llevado a conciencia decidida.

Es como si no se pudiera discutir, discutir realmente, mala soledad, comunicación externa.


¿Cuál puede ser su operación fundamental?
A veces es como si construyera edificios de acero en donde metiera a la fuerza y de modo inhumano a los oyentes –
Hay algo forzafo, polémico, dominador, exigente en esta mentalidad –luego algo misterioso, como si insinuade, como si anunciase giros violentos, pero luego dejase el vacío,
su trato filosófico de las poesías y de los textos es sorprendente: donde uno mismo había entendido antes, a menudo en falso, falta el sentido fundamental, pero presenta cierta posibilidad encantadora de entendimiento en la que nadie había pensado –
un contacto con auténticos pensamientos especulativos –parece notar lo que nadie había visto, pero pronto lo abandona, uno está siempre tropezando con lo absurdo –

Apenas he podido aprender algo de él, salvo el hecho de que existe hoy esa filosofía, que en realidad yo no entiendo en lo más íntimo de mi corazón.

Solidaridad en la superación de la filosofía profesoral tradicional –distanciado en la toma decidida de la razón y el amor y la audición elevándola al lenguaje del mundo de las cifras –
lo que nos parece un error no da alas cuando el error se presenta con fuerza:
he aquí la ambigüedad, no en el sentido de flotar en el aire, sino de las tendencias básicas –
la incertidumbre de semejante filosofía particular, no se sabe dónde se está, -analogía de la filosofía y de la realidad vital.


El ímpetu de Heidegger va en la dirección correcta, pero

1) se queda en mera dirección, no deviene contenido de una filosofía
2) lógicamente ni siquiera es consciente de sí mismo, se queda en palabras como “representar” a diferencia de “recordar”.
3) Tiene una concepción híbrida, desconoce lo que se ha intentado ya en este sentido, especialmente a Schelling.


Heidegger 1949

Una construcción lingüística y formal, que agrada como una obra de arte, comparación con Rilke.

Este atractivo produce satisfacción estética, está aislado de la vida real, seduce por la agudeza de la formulación, por la falta de contenido y de compromiso (que el moderno desea y al mismo tiempo le resulta difícil de soportar), en virtud de un aprensivo anticipar, insinuar, prometer.

El aislamiento de la vida tiene por consecuencia la falta de cumplimiento existencial, puede aumentar la conciencia del vacío –el cambio repentino a lo concreto, la intervención ciega ¿tiene o no tiene un significado filosófico la apasionada adhesión de Heidegger al nacionalsocialismo?

¿Es un simple error, una debilidad, una seducción por las posibilidades de poder y de influencia?

¿O radica aquí un síntoma profundo, una pertenencia objetiva de esta filosofía? A esto:
1) La actitud básica de lo dictatorial, de lo precursor, sin exigir el dogma, pero sí la obediencia-intolerancia
2) La ceguera en lo real. La dosis casi increíble de ignorancia en política, medicina, ciencias, en general de todas las realidades. He aquí la razón de un desengaño. Heidegger no supo ni vio lo que era el nazismo.
(Hitler: estas manos, la educación no importa).
3) Absolutismos histórico-filosóficos: último intento de salvarse en la armadura que se rompe. Desde entonces: la era perdida, maldición de siglos. Siempre, aunque sin elaborar, el saber total como actitud.
4) Rechazo del nazismo desde 1934 (por el propio fracaso a ojos de los nazis y haber sido apartado), pero todavía en 1937 a favor del saludo hitleriano de los estudiantes y decididamente hacia el final de la guerra.

Pero el rechazo fue temprano, aunque de forma indecisa. Colaboración en el antisemitismo, por duda y repulsa, debido a sus gustos y a los restos de tradición humanista. La continua ambigüedad, el secretismo, la falta de sinceridad, ¿está en toda la filosofía?

Heidegger

El significado de la forma, del lenguaje, de la elaboración. Gesto. Formulación, pero también algo más: la forma de una continua interevolución de los conceptos en SER Y TIEMPO.

La singularidad de su proyecto en nuestra época –“homo unius libri–

Desde entonces interpretación de sí mismo.

Hasta ahora los nuevos escritos no se han traducido en la correspondiente elaboración.

¿Se ha acabado objetivamente? ¿Radica en la índole de esta imagen artística el que no pueda continuarse? Desde entonces sólo aforismos, susurros, promesas.

¿Es de total importancia para su creación su propia razón para no continuar SER Y TIEMPO?

La falta de verdadera peripecia, penetración y renacimiento:
tras el acto único de 1911 nunca más.

De ahí ninguna aclaración real, ninguna solidez, ningún proceso en constante autosuperación.

Aquí la vida en la praxis confusa –allí la figura artística, ambas cosas una al lado de otra.

Ningún cambio, como en Hofmannsthal.

Ninguna conciencia radical de sí mismo, sino únicamente conciencia del ser, es característico el rechazo de la filosofía existencial a favor de la ontología.

La coexistencia de dos esferas, y a pesar de toda la sinceridad del instante, de ser conmovido y arrebatado, en su conjunto una ambigüedad insuperable, una existencia de ocultaciones; de abismal falta de veracidad.

Heidegger

La significación filosófica:

1.- Forma y disciplina en problemas que hasta entonces sólo se habían tratado en forma aforística, poética.

2.- Un proyecto determinado, cincelado en plan orfebre y arquitectónicamente construido, un armario de acero con los más finos ornamentos.

3.- Un pensamiento adecuado a la época, a pesar de afirmaciones en contrario, centrado en el hombre, nihilista, ateo, que se transforma en su contrario: pensamiento antihumanitario del ser.

4.- El efecto real, en una parte de los filósofos profesionales, e incluso entre los literatos, donde tiene influencia, puesto que siempre suscita un peculiar entusiasmo.

Heidegger polémico
contra la metafísica y la teología
contra el humanismo –

Algo negativo, destructor, emparentado también con el nazismo, contra las universidades.

Ningún renacimiento a cambio, pero olvidadizo de las opiniones totalmente contrarias, por ejemplo en la cuestión judía (en Marburgo: ni siquiera preguntar por ser-judío, luego acomodación y en casos aislados colaboración con el nazismo, en otros casos no).

Heidegger

Historia del ser –“habilidad” del ser.
¿Qué es esto?
¿Por qué: decir?
¿Por qué no son idénticos ser y divinidad?

La alta pretensión: en los juicios totales sobre la historia occidental de la filosofía –
en el juicio del dominio de “essentia=existentia”, concepto platónico y cosas similares.

La promesa de lo nuevo, pero al mismo tiempo comedido en la forma: sólo preparar.

¿Hay detrás una historia gnóstica: el hombre arrojado por el ser para ser guardián del ser, pastor del ser?

Promete una “iluminación del ser”, un pensamiento futuro del ser, por ejemplo, el humanismo, p.26

Raro sobre la técnica: humanismo, pp. 27 y ss.

¿No será que al final, puesto que esta filosofía permanece vacía, la “verdad del ser” de la que ha de venir toda salvación se realiza mediante una autoridad palpable de lo “objetivo”?

Del “ser” dice únicamente Heidegger que habita en el lenguaje y luego todas las metáforas: “iluminación”, “guardián”, “pastor” del ser, etc.

¿Qué es conciencia originaria del ser, qué es elevación de los fenómenos psicológicos, éticos y estéticos? Por ejemplo, degradación, “se”, etc.

Heidegger

(...) Heidegger: totalizador, gnóstico, horizontes tan extendidos que se desmoronan, pérdida de la relación con la actualidad concreta, con la existencia, con el ethos, flotando en un espacio estético existencialmente estirado.

En mí, lo contrario de todo esto.

Heidegger

(...) El fuerte sentido por la forma.

La verdad de lo retórico y el deslizamiento al gesto vacío.
El atractivo mágico y el desengaño desconcertante.

Todavía sin decidir lo que es en realidad.

Verdad de la conexión en los presocráticos, en el principio y en el origen de la filosofía.

Un rasgo de negación de la cultura, de resentimiento contra el humanismo de cualquier especie. Sin referencia a la tradición educativa. Sin recato ni piedad ante la relación humana viva, con gran tendencia a encontrar lo digno de veneración: Bürckhardt, Dilthey. Su error: en lo referente a Kierkegaard.
sus citas de Spranger, etc.

La obra (no el ser humano): carente de comunicación, sin mundo, atea.

¿Elige Heidegger una forma de expresión que se dirige a la pronta sugestibilidad de los literatos para percibir algo extraordinario, lo histórico universal, un acontecimiento?

La gran importancia de la forma de comunicación, por primera vez comprendida a fondo por Kierkegaard,
qué estilo me doy,
con que ademán me presento,
que imagen sugiero de mí y de mi acción al traducirla a reflexión,
a que instintos, deseos, esperanzas, me dirijo,
que escenificaciones provoco,
qué otra permito,
contra qué otras actúo –
(“no soy ningún héroe ni quisiera figurar como tal”)

La técnica de causar sensación mediante el retiro, la intensidad en el círculo próximo, la escasa comunicación, la acentuación de lo singular, -despertar la atención general no apareciendo precisamente de forma intencionada– látigo y caramelo como medio para cautivar.

Desprecio, soledad y retiro como medio de influencia dirigiendo hacia eso la atención.
Tipo círculo de George.

(...)

¿A qué se dirige un filósofo?
a la racionalidad –a ojo–,
al originario autoser del individuo
a la independencia
al sentido libre para los contenidos, la jerarquía, la amplitud de horizontes, contra engaño, dogmatismo, magia profética, anunciación, caudillismo –sectas y formación de escuela–
hechura y escenificación.


¿Qué se puede decir de la gnosis de Heidegger?

1.- Mostrarla, sacarla a la luz.

2.- Mostrar sus consecuencias –Dios o demonio e igualmente Dios o gnosis.

3.- Postura propia –lo que muestra como decisión de la existencia y tal vez de forma inadecuada en el pensamiento y en lo pensado.

 

TEXTOS DE 1961-1964

Qué es el hombre, quién es el hombre...

Lo que hizo Heidegger en 1933 son las consecuencias “inhumanas” de una filosofía que ha perdido al hombre en su libertad, su responsabilidad, su yo, en fa favorun aparato existencial de funciones, cuyas formas no son ni siquiera formas, sino cáscaras vacías, como consecuencia de la ontologización y objetivación,
que atraen a la opinión que se da entre los modernos al radicalismo, a la revuelta, a lo funcional, que se lleva ahora a todo lo que se resiste a lo funcional, estimulado por el funcionalismo, sin saber para qué. –Metafísica de la nada, liberada de la libertad,–
engaña a los teólogos porque cree poder llenar la fe cristiana con el vacío.

Esta ferocidad contra la humanitas (tanto lo humano como la humanidad), contra la “cultura”, contra la “formación” (Johst: cuando oigo la palabra cultura, le quito el seguro a mi pistola),
esta afirmación de la barbarie
en formas de la disciplina lingüística, el trabajo de orfebrería (a menudo con material de pacotilla).

Todo esto está en Heidegger, pero no es él mismo, incurre en ello, se juega algo totalmente distinto, no sólo una comprensión extraordinaria de la poesía y de la música, sino también una consternación metafísica.

Heidegger

No tocar las grandes cuestiones:
Sexualidad, amistad, matrimonio, praxis vital, profesión, Estado, política, educación, etc.
Y luego irrumpir de repente en 1933, –
cegado por las realidades del poder y presa él mismo de la histeria de las masas, –
ciego irreal e irresponsable –
poner el lenguaje a disposición de los ladrones –
de repente el anhelado contenido de la filosofía, por lo demás vacía.

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