¿Por qué el imperativo categórico de Kant no es equivalente a la Regla de Oro?
              Ramon Alcoberro 
              
               
              La Regla de Oro de la  moral se formula generalmente en negativo: «no hagas a los demás lo que no  quieres que te hagan»  [en  inglés: Do as you would be done by]. A veces, y erróneamente, la  Regla se confunde con un imperativo categórico kantiano. Pero sólo se parece a  la ética kantiana en que permite poner a prueba la universalización posible de  la regla de la acción, no en su sentido profundo. La Regla de Oro se mide  por sus consecuencias y formula un imperativo hipotético, mientras que el  imperativo kantiano es categórico y no vale por sus consecuencias sino por la  universalidad que lo inspira. 
              Kant la  consideraba la Regla de Oro como una «máxima trivial» porque, al fin y al cabo,  siguiendo la formulación en sentido estricto, si yo no deseo que los demás me  hagan nada tampoco tendría ninguna obligación de hacerles nada. La Regla de Oro tiene mucho de emotivo y Kant recordó siempre los límites  conceptuales a los que están expuestos tanto el emotivismo como la Regla. En  resumen sus críticas son tres en cada caso:               
              El emotivismo tiene para Kant tres límites:               
              1.- La proximidad y el favoritismo (los amigos, los parientes, etc.). 
2.- Cegarse ante las consecuencias (el infierno está empedrado de buenas  intenciones…).              
3.- La inconstancia del humor (buen o mal humor…).              
La Regla de Oro tiene también tres límites:              
1.- La subjetividad (juzgar a partir de uno mismo lo que se debe hacer a los  demás).              
2.- El exceso de sentimentalismo (en la Regla de Oro se puede intercambiar  ‘querer’ por ‘desear’, es decir por un sentimiento).              
3.-  Una formulación que se  presta a confusión (si se pone la regla en positivo da lugar a  inconsecuencias).              
Más que una  máxima, la Regla de Oro es una estructura de reflexión y de juicio moral que  propone implícitamente invertir los papeles (role reversal) entre el  agente y el paciente de la acción moral.
En este sentido se  puede considerar una «regla de empatía» (cognitiva o emotiva) pero no un  imperativo. El imperativo vale para todo el mundo, en cualquier situación,  mientras que la Regla de Oro es subjetiva y no surge de la razón sino del  deseo. Explorar el punto de vista de los otros constituye una regla de buena  educación, una «regla prudencial», pero no puede ser confundido con una ley que  se da a si misma la propia conciencia. Además la ética de Kant no se refiere a  preferencias o a deseos sino a exigencias universales de la razón. Kant no es  tampoco partidario de una ética comunitaria (como la que está implícita en el  fondo de la Regla de Oro) sino que su propuesta está estrictamente vinculada a  la conciencia individual. El sujeto moral kantiano no se preocupa por los  deseos subjetivos de los otros, ni pretende fundar la moral en una «regla de  simpatía» sino que se guía la rectitud de la conciencia y por la ley universal,  no por el deseo que siempre es heterónomo.               
La Regla de Oro no  pasaría de ser un ejercicio intelectual, una   «composición de lugar», como habrían dicho los jesuitas; pero ni es un  imperativo categórico, ni implica necesariamente el ejercicio de una virtud (la  Caridad, la Prudencia…) . Kant conocía la llamada ‘objeción del criminal’, una  crítica propuesta por Pedro Lombardo y Abelardo en el siglo XII a la Regla de  Oro, en cuanto regla de empatía. El criminal dice al juez: «¿Por qué me  condenas? Tu no quisieras para ti mismo ser castigado!» Esa expresión de  empatía de la regla nos llevaría en su opinión a adoptar un comportamiento  claramente inmoral. El peligro de que la Regla de Oro pueda ser manipulada  subjetivamente en nuestro favor basta para que Kant, rigorista al fin y al  cabo, la rechace como principio moral. 
Bibliografía : 
              BELLEBAUM, A. et alii, 1999. Was Du nicht willst, dass man Dir tu… Die Goldene Regel  –ein weg zum Glück ?, Universitätsverlag Konstanz.
              NEUSNER, J., et CHILTON, B.,  (éd.), 2009. Golden Rule: The Ethics  of Reciprocity in World Religions, Continuum Intl Pub Group.
              WATTLES, J., 1996. The Golden Rule,  N.Y.: Oxford University Press.
              Véase  también una explicación general sobre la Regla de Oro (en catalán)
              http://www.alcoberro.info/pdf/reglador.pdf