INTRODUCCIÓN
              Según Sigmund Freud, Friedrich  Nietzsche se conocía a sí mismo más profundamente que cualquier otro hombre que  haya vivido o que es posible que viva. Este hondo autoconocimiento es patente  en una serie de libros que han superado la prueba del tiempo tanto en lo  literario como en lo filosófico. Estos libros son idiosincráticos,  fragmentarios, enloquecedores y a veces estimulantes. Sencillamente desafían  cualquier análisis y ningún resumen haría justicia a la riqueza y variedad de  su contenido. Muchos incluyen pasajes que, debe decirse, son poco más que la  perorata de un loco y anuncian su posterior derrumbamiento moral. Sobre todos  arroja una sombra el hecho de que los antisemitas y los fascistas,  entresacándolas, han encontrado citas que apoyan sus opiniones; no obstante,  las ideas que algunos nazis encontraron tan atractivas son, en su mayor parte,  caricaturas de la filosofía de Nietzsche. 
              LA GENEALOGÍA DE LA MORAL, una  de las obras más importantes de Nietzsche, es de todas la más próxima, en el  estilo a un tratado de filosofía al uso, al menos a primera vista. En otros  libros, como ASÍ HABLÓ ZARATRUSTRA, Nietzsche recurrió a los aforismos:  observaciones cortas y expresivas que obligan al lector a detenerse y  reflexionar y que requieren una lectura especial. LA GENEALOGÍA DE LA MORAL,  por el contrario, consta de tres ensayos, todos sobre un tema afín. El tema  central es el origen de la moralidad: la traducción literal del título del  libro sería SOBRE LA GENEALOGÍA DE LA MORALIDAD, aunque a veces se ha traducido  por SOBRE LA GENEALOGÍA DE LAS COSTUMBRES. La argumentación que lleva implícita  que los conceptos morales que hemos heredado de la tradición cristiana son  actualmente obsoletos e inferiores a sus predecesores paganos. Nietzsche había  proclamado la muerte de Dios en un libro anterior, LA GAYA CIENCIA, «Dios ha  muerto; pero dado el modo de ser de los hombres, seguirá habiendo durante miles  de años cavernas donde se mostrará su sombra» (La gaya ciencia, sección 108). LA  GENEALOGÍA DE LA MORAL es, en parte, una elaboración de las implicaciones que  tiene la ausencia de cualquier Dios y sus consecuencias para la moralidad.  Hemos heredado conceptos morales pasados de moda y basados en las falsas  creencias del cristianismo. Poner al descubierto que los orígenes de estos  conceptos son emociones de amargo resentimiento, parece creer Nietzsche, nos  permitirá verlos como los preceptos paralizadores del alma que son, y seremos  libres para sustituirlos por una perspectiva que engrandezca la vida. Todo  esto, debe recalcarse, va implícito y no se explicita en el texto: la mayor  parte del libro se dedica a analizar los orígenes tanto psicológicos como  históricos de varios conceptos morales clave.
              Pero el objetivo de Nietzsche  no es simplemente la sustitución de una moralidad por otra; quiere poner en  cuestión el valor de la moralidad como tal. Si la bondad moral es poco más que  el producto de emociones envidiosas y resentidas, y de la respuesta de los  grupos concretos a sus circunstancias, en lugar de ser una parte inmutable del  mundo natural, ¿qué valor tiene, en último término? No está claro que Nietzsche  de respuesta a la pregunta, pero ese es su propósito. Fundamentalmente, su  metodología es genealógica. Pero ¿qué quiere eso decir?
              LA GENEALOGIA
              La genealogía es,  literalmente, la acción de rastrear los orígenes familiares para establecer un  árbol genealógico. Nietzsche la utiliza con el significado de rastrear los  orígenes de determinados conceptos, en buena medida examinando la historia de  los cambiantes significados de las palabras. Su formación en filología (el  estudio de las lenguas y de los orígenes de las palabras) lo equipaba para  rastrear los significados cambiantes de las palabras que investiga. Su  aplicación del método genealógico en LA GENEALOGÍA DE LA MORAL tiene por objeto  demostrar que las opiniones recibidas sobre las fuentes de la moralidad están  equivocadas y que, desde el punto de vista histórico, conceptos tales como la bondad  moral, la culpabilidad, la piedad y la abnegación se han originado a partir de  sentimientos rencorosos contra los demás o contra uno mismo.
              No obstante, se pretende que  la genealogía no sólo aporte una historia de estos conceptos, sino también una  crítica de los mismos. Al revelar sus orígenes, Nietzsche intenta poner al  descubierto su dudoso pedigrí y, por lo tanto, cuestionar el prominente lugar  que ocupaban en la moralidad de su tiempo. El hecho de que los conceptos  morales tengan historia anula la opinión de que sean absolutos y se apliquen a  todas las gentes de todos los tiempos. Este enfoque de la filosofía moral, como  la mayor parte del pensamiento de Nietzsche, es muy discutible, tanto por la  metodología como atendiendo a sus supuestos hallazgos.
              PRIMER ENSAYO: «BUENO Y MALVADO», «BUENO Y MALO».
              En el primero de los tres  ensayos que componen el libro, Nietzsche expone su teoría sobre los orígenes de  nuestro esencial vocabulario moral para aprobar y desaprobar: las palabras «bueno»  y «malvado», utilizadas en un contexto moral. Desarrolla estas opiniones  mediante la crítica de las opiniones de los psicólogos ingleses que sostienen  que «bueno» se aplicaba en un principio   a las acciones altruista, no tanto porque las acciones fueran en sí  mismo buenas, sino porque eran útiles para quienes se beneficiaban, aquellos a  quienes se les hacía bien. Poco a poco la gente olvidó los orígenes de la  palabra y pasó a pensar que las acciones altruistas eran buenas en sí mismas,  en lugar de serlo por sus efectos.
              Nietzsche ataca esta versión  que, al igual que la suya, es una genealogía de un concepto moral. Sostiene que  el término «bueno» lo usaba al principio la nobleza, que se lo aplicaba a sí  misma para distinguirse de los plebeyos. Apreciaban su propia valía; el que no  pudiera vivir a la altura de sus nobles ideales era evidentemente inferior y  «malo». En este ensayo Nietzsche utiliza siempre la distinción entre bueno/malo  (contraponiéndola al bueno y el malvado) desde el punto de vista de la nobleza:  las acciones de los nobles son buenas, las de los plebeyos, por el contrario,  malas.
              Su versión de cómo la palabra «bueno»  pasó a significar altruista, gira alrededor del ‘ressentiment’. Nietzsche utiliza la acepción francesa que significa  resentimiento para referirse a los orígenes de los usos modernos de los  términos «bueno» y «malvado». Obsérvese que cuando Nietzsche señala la  oposición entre «bueno» y «malvado», (oponiéndola a la de bueno y malo), ve las  cosas desde el punto de vista de los plebeyos más que desde el de la nobleza:  se refiere al uso moderno de «bueno» para las acciones altruistas y «malo» para  las egoístas.
              ‘RESSENTIMENT’
              El ‘ressentiment’ es la emoción que siente el oprimido. Tal como lo  utiliza Nietzsche ‘ressentiment’, es  sinónimo de «resentimiento»; o más bien es una clase especial de resentimiento.  Es la imaginaria venganza a que se entregan quienes son incapaces de reaccionar  contra la opresión mediante la acción directa. Del odio y el deseo de venganza  sentido por quienes fueron tenidos a raya por la nobleza proceden los elevados  valores de la compasión y el altruismo, según Nietzsche. Con ello se pretende  hacer una descripción histórica de lo realmente ocurrido y penetrar en la  psicología de quienes lo llevaron a cabo. Los plebeyos que no podían aspirar al  estilo de vida de la nobleza invirtieron, en su frustración, el sistema de  valores de lo bueno y lo malo. En lugar de la perspectiva noble sobre la  moralidad, los plebeyos pusieron la propia, que subvertía el statu quo. Según la moralidad de los  plebeyos la visión noble de la vida, basada en el poder y en los valores de los  guerreros, era malvada: los maltratados, los pobres y los humildes eran los  buenos.
              Nietzsche atribuye esta  «radical revalorización de los valores de los enemigos» a los judíos y a la  tradición cristiana, y la califica de primera revolución de la moralidad  realizada por los esclavos. Sin darnos cuenta, hemos heredado las consecuencias  de esta revuelta, revuelta que ha servido a los intereses de los oprimidos.  Para Nietzsche, la moralidad no es algo determinado para siempre y que debe ir  desvelándose en el mundo; más bien es una creación humana y, por consiguiente,  los términos morales tienen su historia. Historia que está influida por la  psicología humana, así como por los intereses de los distintos grupos. En la  metáfora de Nietzsche, los corderos decidieron que las aves de presa eran  malvadas, con lo que consideraron que ellos, que eran lo contrario de las aves  de presa, debían ser buenos. Es absurdo, comenta, negar a quienes son poderosos  la natural manifestación de su poder. El lenguaje que utiliza en el libro deja  claro que sus simpatías están con las aves de presa antes que con los corderos.
              SEGUNDO ENSAYO: LA CONCIENCIA
              El tema principal del segundo  ensayo es la evolución de la conciencia y, en especial, de la mala conciencia.  Mala conciencia es el sentido de la culpabilidad con que carga la humanidad  moderna todavía y que es necesaria para la vida en sociedad.
              La esencia de la argumentación  de Nietzsche es que el origen psicológico del sentimiento de culpa es la  frustración del instinto. Instintivamente los seres humanos obtienen placer de  sus acciones de fuerza, de su poder, y en especial de ocasionar sufrimiento.  Pero cuando, gracias a la socialización, se impide que actuemos siguiendo  nuestros deseos de ser crueles con los otros, la manifestación de ese deseo se  inhibe y se interioriza. Nos torturamos interiormente a nosotros mismos con  sentimientos de culpabilidad porque la sociedad nos castigaría si pretendiéramos  torturar a otras personas. Este es un ejemplo concreto del principio general de  Nietzsche según el cual todos los instintos que no se proyectan hacia el  exterior se vuelven hacia el interior, principio que más adelante elaboraría  Freud.
              En el curso del examen del  origen de la conciencia, Nietzsche señala que el castigo era originariamente  independiente de toda noción de responsabilidad de las propias acciones: se era  castigado simplemente por haber roto un acuerdo fuera o no la culpa de uno. El significado  de la palabra alemana correspondiente a culpa era «deuda». Los culpables eran  quienes no devolvían sus deudas. Sin embargo, «culpa» se ha convertido en un  concepto moral. La historia oculta del concepto que Nietzsche desvela, pone de  manifiesto la contingencia del uso moderno: podría haber sido distinto y no se  trata de «algo dado» por la naturaleza. Lo que se quiere decir sin decirlo en  éste y en otros análisis sobre el origen de la palabra «bueno» parece consistir  en que el origen de los conceptos morales clave no están establecidos de una  vez para siempre, sino que son susceptibles de transformación mediante actos de  voluntad inmensamente creativos.
              
              
              TERCER ENSAYO: EL ASCETISMO
              El tercer ensayo está menos  centrado que los dos primeros y va serpenteando de un asunto a otro. Sin  embargo, el tema central resulta razonablemente claro. Nietzsche se plantea la  cuestión de cómo pudo surgir el ascetismo, la filosofía de la vida que postula  la abstinencia y el sacrificio. Es característico de los ascetas que defiendan  la castidad, la pobreza, la autoflagelación, (sea literal o metafórica),  etcétera; deliberadamente dan la espalda a los placeres y satisfacciones que  ofrece la vida. Nietzsche especifica los impulsos ascéticos de los artistas, de  los filósofos y de los sacerdotes. De hecho sugiere que, visto desde una  estrella lejana, nuestro planeta parecería estar atestado de seres que sienten  aversión y asco de sí mismos, cuyo único placer sería el de infligirse tano  daño como les sea posible; no unos a otros, sino a sí mismos. ¿Cómo se ha  desarrollado semejante tendencia general? ¿Cómo se ha podido volver la vida  contra sí misma?
              Nietzsche responde, una vez  más, en términos de genealogía. El odio por sí mismo fue el último recurso de  los casi impotentes. Frustrados en sus tentativas de ejercer influencia sobre  el mundo, más que cesar por completo de desear, dirigieron sus fuerzas contra  sí mismos. Una de las intuiciones psicológicas más características de Nietzsche  es el gozo que experimentan los seres humanos al ejercer la crueldad. Esta  crueldad no se dirige exclusivamente a los demás; incluso gozamos al ser  crueles con nosotros mismos. El impulso ascético, que para Nietzsche es una  pulsión aparentemente absurda y autodestructiva, es una especie de autotortura  que constituyó el último recurso de quienes no eran capaces de ejercer su  voluntad en el mundo, pero se ha convertido en un ideal que se debe celebrar.
              CRÍTICA DE NIETZSCHE
              
              
                - La falacia genética
 
              
               Una crítica fundamental a la  metodología que se sigue en LA GENEALOGÍA DE LA MORAL es que incurre en una  falacia genética. La falacia genética es el incierto método de razonamiento que  va de lo que algo era en un determinado momento a lo que es ahora. Por ejemplo,  del hecho de que la palabra «nice» (‘bonito’, ‘agradable’), originariamente significara  ‘fino’, ‘delicado’, en el sentido de finas o delicadas distinciones, no se  deduce que sirva para poner de manifiesto nada sustancial sobre el actual uso  de la palabra. O bien, en otro ejemplo, del hecho de que los robles procedan de  las bellotas no se puede concluir que los robles son pequeñas semillas  verdosas, ni que tengan gran cosa en común con las semillas. Algunos críticos  han argumentado que el método genealógico siempre utiliza esta falacia, de modo  que arroja poca o ninguna luz sobre los usos actuales de los términos morales.
              No obstante, aunque en algunos  pasajes de LA GENEALOGÍA DE LA MORAL, Nietzsche parece decir que puesto que  determinados conceptos morales se originaron a partir de sentimientos rencorosos,  su valor último queda muy atenuado (y, por lo tanto, cabe acusarlo aquí de  incurrir en la falacia genética); en gran parte el método se utiliza para poner  de relieve que los valores morales no son absolutos y que tal como han sido  revaluados en el pasado pueden volver a revaluarse. El método genealógico es  especialmente eficaz para poner de relieve que algunos valores que damos por  fijados para siempre pueden cambiarse. Este uso del método no conlleva falacia  genética. Para arrojar dudas sobre el carácter absoluto de los usos morales de  la palabra ‘bueno, por ejemplo, basta sencillamente con mostrar que se ha  aplicado de forma muy distinta en el pasado. No hay necesidad de proponer que,  puesto que se ha utilizado de forma distinta en el pasado debe afectar de  alguna manera a sus usos actuales.  
              
                - Falta de datos
 
              
              Una crítica más seria al  enfoque de Nietzsche en LA GENEALOGÍA DE LA MORAL es que en cada uno de los  tres ensayos aporta escasas pruebas en apoyo de las hipótesis. Incluso  aceptando que ‘bueno’ pudo utilizarse de forma distinta en el pasado, o bien  que la consciencia y el ascetismo han evolucionado a partir de deseos  frustrados, los datos que presenta Nietzsche al recrear estas genealogías son  extremadamente parcos. Pese a la sagacidad psicológica, sus análisis, en cuanto  descripciones históricas, prácticamente no se apoyan en nada. Sin datos  históricos que respalden sus afirmaciones sobre el origen de los conceptos  morales, no tenemos ninguna razón para creer que su relato refleje lo verdaderamente  ocurrido. Todo lo que puede decirse de la defensa que hace Nietzsche de esta  cuestión es que ha presentado unas descripciones razonablemente plausibles de  lo que podría haber ocurrido, y ha conseguido sembrar la duda sobre la supuesta  fijeza e inmutabilidad de los conceptos morales que hemos heredado. Quizá lo  importante sea comprender que los conceptos morales pueden cambiar de  significado, que son creaciones humanas y no forman parte de un mundo natural  que aguarda a ser descubierto. 
               
              
                - Malos usos de sus ideas  
 
              
              Quizá la crítica más frecuente  a la filosofía de Nietzsche es haber sido citada con aprobación por antisemitas  y fascistas. Por ejemplo, hubo nazis que pensaban que las ideas del filósofo  estaban en concordancia con las suyas. Algunos pasajes de LA GENEALOGÍA DE LA  MORAL, si se toman aislados, podrían considerarse antisemitas: aunque demuestra  de mala gana su admiración por la revalorización de los valores realizada por  los judíos, recalca que fue el último recurso de los débiles. No puede ocultar  su simpatía por la moralidad aristocrática de los poderosos. Y en su obra  filosófica ensalza repetidas veces el poder, incluso a expensas de los débiles.
              No obstante, hay que examinar  dos cuestiones importantes a propósito de la utilización de sus ideas con fines  perversos. En primer lugar, muchos de los que han utilizado la filosofía de  Nietzsche en este sentido han tenido que distorsionarla para lograrlo. Por  ejemplo, aunque frases sueltas de los textos de Nietzsche podrían considerarse  antisemitas, han de contrapesarse a otros pasajes donde se opone explícitamente  al antisemitismo. La segunda cuestión consiste en que el hecho de que sus ideas  parezcan glorificar el poder, eso no demuestra que sean erróneas. Una de las  razones de que la lectura de la obra de Nietzsche sea tan sugerente es que no  deja de carcomer nuestras creencias más preciadas. Aun si no ha conseguido  arruinarnos estas creencias, sus escritos nos obligan a reflexionar sobre los  fundamentos y supuestos en que se cimienta nuestra  vida.
               
              GLOSARIO
                
  «Altruismo»: Lo que beneficia a otras personas
  «Ascetismo»: La renuncia como forma de vida
  «Genealogía»: El método de explicar un  concepto mediante el análisis de su linaje
  «Mala conciencia»: Sentimiento de culpa que nace de la  frustración instintiva, autotortura interior.
  «Ressentiment»: La clase  especial de resentimiento que sienten los oprimidos. La imaginaria venganza a  que se entregan quienes son impotentes para actuar contra su opresión. 
                
              © Nigel BARTLEY: LA CAVERNA DE PLATÓN Y OTRAS DELICIAS DE LA FILOSOFIA.  Barcelona Ed. Ares y Mares, 1º Ed. 2000. Reproducción para uso estrictamente  escolar.