¿LA TEORÍA LIBERAL ES RESPONSABLE DE LA CRISIS? SÍ; EL LIBRALISMO ESTÁ EN  EL ORIGEN
                 
                André ORLEAN
 
                En noviembre de 2010, la revista PHILOSOPHIE MAGAZIN  realizó esta pregunta a André Orlean (CNRS - París) que contestó  afirmativamente en el breve texto que reproducimos. [R.A.]
                 
                El liberalismo está en el fundamento del sistema  económico que funcionaba cuando la crisis se desencadenó. Es el sistema que  funciona hoy, por lo demás. Esta corriente de pensamiento se funda en una tesis  esencial: la competencia produce una regulación automática de los mercados  gracias a la ley de la oferta y la demanda. Según esta tesis cuanto más aumenta  un precio menos compraran dicho bien los consumidores, lo que tendrá como  efecto bajar su precio. Y al revés, cuanto más baje un precio menos producirán  dicho bien los productores, lo que se traducirá en un alza de los precios. Al  final se logrará siempre el objetivo a condición de que ningún obstáculo, como  podría ser una intervención del Estado, impida la libertad de movimiento del  mercado. 
                 
                Las economías liberales no son una transposición literal  de este modelo teórico. Pero los responsables políticos que han desregulado las  finanzas desde hace trenta años se reclaman del liberalismo. El pensamiento  liberal extremo que no ve en la economía americana más que sus bolsas de  intervencionismo (como el recurso a un sistema semipúblico para regular el  mercado de los préstamos hipotecarios) es extremado. Nunca un sistema puede ser  totalmente desregulado. Se necesitan leyes para lograr que el mercado funcione  a imagen de los modelos. Tal fue el objetivo de Alan Greenspan, el expresidente  de la FED (el Banco central norteamericano). Quiso hacer una revolución  financiera para que los mercados reales se pareciesen a los mercados de manual.  Quiso crear el mejor de los sistemas posibles dejando a los actores libertad  para innovar. Cuando se inventaban nuevos productos financieros, Greenspan  incluso afirmaba que cuanto menos se mezclase su control el regulador mejor  irían, porque, en su opinión, había que confiar en los banqueros. 
                 
                Su error, y el de los liberales, reside en que la ley de  la oferta y la demanda es una teoría válida para los bienes ordinarios pero no  para las finanzas. En los mercados que intercambian activos financieros el  mecanismo es inverso al de los principios liberales. Cuanto más aumenta un  precio más se enriquecen quienes lo detentan, lo que hace que los actores  exteriores quieran entrar en el mercado y produce un nuevo ciclo de aumento de  precios. Como resultado una alza lleva a otra alza y esa espiral sólo se rompe  cuando se produce un crac. Eso es lo que muestra el estudio de toas las  turbulencias financieras. Y provoca efectos perversos (pérdidas de capital,  paro...) que no pueden ser calificados como una autoregulación. 
                 
                Desgraciadamente este análisis no es compartido por  quienes toman decisiones políticas actualmente. Para el G 20 el marcado no  fracasa. El error sería de los actores (por ejemplo de los banqueros) o de la  falta de transparencia de ciertos productos. La ideología liberal continua  inspirando el diagnóstico que hacen de la crisis y no se ha puesto freno a la  extensión de la concurrencia financiera.     
                 
 
 
                 
                 
   
                