Octavi Fullat Genís

El existencialismo ha sido:

a) Una filosofía de la acción singular (epistemología)

b) Una filosofía de la acción (antropología)

En lo tocante al primer respecto, conviene observar algunos extremos particularmente pertinentes:

1.- El existencialismo se opone al discurso sistemático.

2.- La existencia –o tener que hacerse uno la biografía sin puntos de referencia absolutos – se enfrenta a la sistematización racional.

3.- La estructura de la conciencia –o apercibirse de– lanza a lo que queda siempre por hacer; la conciencia es inasequiblemente transcendente.

4. – La conciencia proporciona, de manera libre, significación a los datos.

En lo que respecta al existencialismo como filosofía de la acción o humanismo, cabe llamar la atención sobre los puntos siguientes:

I. La existencia humana queda abocada al nihilismo

1.- La razón se muestra impotente para orientar al ser humano.

2.- El hombre es radicalmente contingente.

3.- La finitud y la muerte son lo propio del hombre.

4.- El ser humano no puede comunicarse, la soledad resulta insalvable.

5.- Al individuo le toca autoeligirse sin descanso y sin orientación prefijada.

6.- La alienación del hombre no es un accidente que pueda remontarse, sino su estructura normal.

7.- La nada angustia permanentemente al individuo lúcido.

II. El individualismo prometeico especifica al hombre

1.- El hombre se pasa el tiempo autoproyectándose.

2.- El individuo humano está siempre, en situación, para.

3.- La mala fe consiste en vivir distraído, en vez de hacerse cargo de uno mismo.

4.- El hombre crea valores y crea, así, al hombre mismo, incluso como paradigma.

   Sartre no se aparta de estas coordenadas, aunque ofrece su versión particular dentro de este espacio mental. En El existencialismo es un humanismo propone una definición gráfica de su concepción del existencialismo. Dice así:

 «Lo que poseen en común los diversos existencialismos es el hecho de considerar que la existencia precede a la esencia o, si se prefiere, que resulta indispensable partir de la subjetividad»

   Al hombre no se le define desde la idea de hombre –desde la esencia de hombre– por la elemental razón de que no existen ideas independentes que valgan por sí mismas o bien que valgan por el hecho de residir en la mente de Dios. Dado que no hay Dios tampoco contamos con naturaleza humana, ya que no hay una mente divina que pueda concebirla. En consecuencia, afirmará Sartre en la misma obra:

«El hombre no es otra cosa que aquello que él mismo ha hecho de sí. Éste es el primer principio del existencialismo.»

 

Fragmento de “El existencialismo”; la edición en papel de este articulo apareció en el libro Temas y textos de Filosofía, coordinada por F.J. Fortuny Bonet. Ed. Coloquio, Madrid, 1985, pp. 286-288.

Reproducción exclusiva para uso escolar.

 

 

 

 

 

© Ramon Alcoberro Pericay