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CINCO MOTIVOS PARA LEER TODAVÍA A CHARLES FOURIER

(O AL MENOS PARA INTENTARLO)

Ramon ALCOBERRO

Leer a Fourier es complicado porque, como todos los socialistas utópicos, explica con todo detalle lo que debe ser la sociedad perfecta (Armonía), pero no tiene ni idea de cómo llegar a ella. Además inventó un vocabulario propio, lleno de neologismos (se le atribuye la palabra “feminismo”) y ese lenguaje es habitualmente de un nivel de anacronismo casi conmovedor. Cuando Fourier describe Armonía y el Mundo Pasional resulta de un detallismo exasperante y al mismo tiempo de una ingenuidad total…
Pero Fourier es un personaje importante en la historia del movimiento obrero y en la filosofía de lo que absurdamente se ha denominado “socialismo utópico” (aunque Fourier era partidario de la propiedad privada). Su crítica global de la civilización resulta mucho más interesante que su visión de un mundo radicalmente distinto, lleno de falansterios que Fourier jamás logró ver realizados. Algunas de las intuiciones de Charles Fourier son todavía significativas y no debieran pasarse por alto en una teoría del cambio social.
Proponemos cinco motivos para leer al autor de EL NUEVO MUNDO INDUSTRIAL Y SOCIETARIO.

1. Fourier crítica el concepto de civilización que para él es un sinónimo de «indigencia, traición, opresión, carnicería». La civilización significa la represión de la creatividad humana en nombre del orden abstracto y de la ley más irracional. Solo es capaz de crear (inventar) deberes sin ofrecer nada a cambio. Es, pues, contraria, a los impulsos humanos más básicos. El ser civilizado ha perdido los afectos y, por lo tanto, se ha convertido en un individuo abstracto. La civilización es incluso un peligro para los humanos porque se basa en la represión de las emociones. Esa es una idea que luego retomó Freud y que conviene contrastar con los datos que poseemos sobre el malestar psicológico en las grandes ciudades. «Los falsos dioses científicos» y «el caduco edificio de la filosofía» y la religión que junto a la economía apuntalan a la civilización no son otra cosa que saberes inútiles porque reprimen el cuerpo.

2. Fourier crítica la violencia política como un camino sin salida. Buena parte de la obra de Fourier se escribe en Lyon, o toma como origen la reflexión sobre la situación de los obreros de la seda lioneses, los «canuts», que fueron una vanguardia obrera industrial extremadamente combativa y brutalmente reprimida.  La «revuelta de los canuts» de 1831, que solo de una manera muy relativa puede calificarse de «luddita», fue uno de los acontecimientos más importantes en la historia social del s. XIX. Fourier (que murió en 1837) fue de los primeros socialistas utópicos que se dio cuenta de que la violencia engendra solo violencia y que no ofrece ninguna mejora social factible. Fourier no fue especialmente un revolucionario, aceptaba la propiedad privada, defendía lo que hoy llamaríamos cooperativas y veía en la violencia una herramienta de la reacción más que de la revolución.   Fourier

3. Fourier es el gran defensor de las «pasiones» y, en general, del cuerpo. La felicidad no consiste en riqueza sino en placer y la voluptuosidad es una condición natural en los humanos (tanto hombres como mujeres). Como tal, la sexualidad ha de ser libre y acepta tanto el lesbianismo (que denominó “safismo” como la poligamia, indistintamente masculina y femenina). Incluso las orgías son para él una «necesidad natural», según EL NUEVO MUNDO AMOROSO.

Contra el reduccionismo que identifica la explotación humana con la explotación económica, Fourier fue el primero (o de los primeros) en entender que los aspectos sexuales, emocionales y psicológicos son incluso más importantes que la economía en el mantenimiento de la explotación. El papel que juega el «desprecio» en la sociedad es tan o más central que el de la economía (EL NUEVO MUNDO INDUSTRIAL Y SOCIETARIO. Section V – Notice IX, Chapitre XXXVI).

Defender la libertad de las pasiones y la inutilidad de la moral cuando intenta reprimirlas es tanto como proponer una sociedad en las antípodas de Platón. En EL NUEVO MUNDO INDUSTRIAL Y SOCIETARIO (Notice II – Chapitre VI) escribe, por ejemplo que «El amor solo es bello en tanto que es un amor compuesto, que reúne el encanto [- atractivo - charme] de los sentidos y del alma; se convierte en trivialidad o engaño si se limita a uno de los dos placeres». La única transformación posible es la que se realiza desde el cuerpo y buscando la felicidad en el presente. Mientras la mayoría de los revolucionarios del siglo XIX proponen reprimir el presente (miserable) en nombre de un supuesto futuro (¿glorioso?), Fourier entiende que la transformación social se desarrolla en el presente, sin alienar el goce.

4. Fourier fue el primer crítico de la familia como herramienta de una civilización corrupta y de transmisión de la miseria (o la hipocresía) moral y social. El estado conyugal es incompatible con la libertad familiar y para las mujeres vendría a ser una forma legal de prostitución. La familia en Fourier es un lugar siniestro, una institución medieval, donde el abuso del padre de familia sobre la mujer y los hijos prefigura la explotación en la fábrica. La civilización según Fourier se basa en la sinrazón y en la familia, cuya desaparición considera perfectamente posible. Sin familia las causas de discordia no desaparecerían, pero por lo menos disminuirían. De hecho, el falansterio (el curioso edificio donde vivirían los fourieristas y que hoy identificaríamos con una comuna libertaria) sería una alternativa a la familia.  

5. Fourier fue, además, el primer socialista utópico que entendió el papel central del conflicto en las relaciones humanas. Ninguna revolución pasada, presente o futura, puede evitar las relaciones conflictivas, derivadas de la variedad de pasiones, caracteres e intereses, todos ellos fundamentalmente legítimos. La Armonía solo se puede lograr mediante la complementariedad de caracteres distintos, cuya existencia es perfectamente congruente con la variedad de la naturaleza. En el mundo existen partidarios de la gastronomía, de la ópera y de la ingeniería, como hay caracteres lúbricos, pasiones inconfesables, orgías y vírgenes vestales.  Solo una sociedad que reconozca que cada quien es como es.  «Los filósofos nos dicen que todo está vinculado y todo debe estar vinculado en la naturaleza». (Section IV – Mecanismo y armonías – Notice VIII, Chapitre XXXII). Evitar el conflicto es la mejor manera de suscitarlo, porque la alternancia de acuerdos y desacuerdos constituye la vida misma. La unidad social y el orden universal (y Fourier se define como «Unitarista»), solo puede nacer del franco reconocimiento de las pasiones. En su época, el descubrimiento de los fenómenos eléctricos provocó que muchos filósofos entendiesen que la atracción universal era incluso una regla de la física. Fourier piensa más en la armonía musical hecha de contrastes, pero la idea es todavía válida hoy frente a supuestos unitarismos morales. La unión de los intereses diversos en una gran asociación de capitales, de talento y de trabajo) constituye la propuesta fourierista de Armonía pero no se logra por ninguna imposición –y menos por imposición política– sino por interés mutuo al que no llega sin asumir las contradicciones que constituyen toda sociedad humana.

Es posible que, hoy por hoy (2016), el pensamiento de Fourier que sintetiza ingeniería social, libertad sexual y voluntarismo político nos parezca algo ingenuo. Incluso hay quien lee a Fourier más por su capacidad de sátira del capitalismo que por sus propuestas políticas. Pero la denuncia de la hipocresía de la civilización (que hoy debe incluir también la denuncia de un uso comercial, hipócrita y abusivo de la sexualidad), el uso de herramientas pacíficas para el cambio social y la crítica al autoritarismo, fueron intuiciones fulgurantes en su momento y tienen todavía un sentido. No se puede ser ingenuo al leer a Fourier. Conviene tener muy en cuenta que hoy el deseo (que años ha tenía un componente básicamente sexual) se ha sublimado en deseo de consumo; el nuevo totalitarismo es el del mercado. Eso obliga a repensar alguna de las tesis de Fourier pero a la vez reafirman el valor de sus intuiciones. ¿Fourier es utópico? Habría que demostrarlo. Tal vez no lo fue en todos sus aspectos.